13 enero, 2015

Viajes agotadores

Diez de Enero, el gran día. Apenas había dormido de los nervios y ya era hora de marcharme. Siempre es el momento más duro. Los últimos meses no he dejado de pensar en este viaje con una sonrisa pero al salir por la puerta de casa no ha sido tan fácil. La semana ha sido muy extraña. He ido diciendo adiós a muchas de las personas que quiero pero ninguna despedida parecía real hasta que llegó la última, la mítica del aeropuerto con mis padres y mi hermana.

Pronto empezó este viaje interminable de Madrid a Chicago durante 10 horas y de ahí hasta Los Angeles durante 10 horas, pasando por el largo proceso de las aduanas y el gélido pasillo al avión en el que se sentían los -19ºC del exterior. Al llegar fui corriendo de terminal en terminal para avisar de que ya estaba allí porque pensaba que era la última aunque al final no lo fui. Así que volví a la primera terminal a por mi maleta y regresé a la otra donde estaban algunos otros del programa para seguir esperando hasta que nos dimos cuenta de que el otro chico llegaría mucho más tarde y el coordinador decidió ir hacia Riverside. Me hubiese encantado ver el recorrido pero estaba demasiado cansada y caí rendida. Cuando llegué finalmente a mi habitación mi compañera de piso ya estaba allí. Se llama Haruka y es japonesa.

Al día siguiente me desperté muy pronto porque queríamos aprovechar el domingo para visitar un poco Los Ángeles. Como el autobús era muy caro decidimos alquilar coches. Un hombre que estaba dando vueltas por la cafetería llamó para ayudarnos y cuando terminó nos trajo donuts. Gente que te encuentras así de maja por California y que te solucionan totalmente el día. Al final los coches tardaron bastante más de lo esperado, y mientras que llegaron hicimos algo de la compra. Dirección Hollywood mi camioneta se perdió de las del resto y nos costó bastante llegar. Sin embargo conseguimos dar una vuelta por el Hollywood Boulevard, donde vimos el paseo de la fama de Hollywood y el Grauman´s Chinese Theatre entre otras cosas.



Al ir dirección al observatorio también nos perdimos pero conseguimos llegar y fuimos un poco por nuestra cuenta. A la vuelta nos volvimos a perder otra vez y fue horrible. En realidad yo no puedo decir la pesadilla que fue realmente porque me quedé dormida pero nos equivocamos un par de veces y al no tener gps aquello era un caos.



Hoy hemos tenido las presentaciones del programa que vamos a hacer en la Universidad de California. Ha sido interesante pero me estresa tanto papeleo… Al terminar queríamos ir a devolver la furgoneta pero hemos acabado haciendo la compra y visitando un outlet. A la vuelta íbamos contentísimos porque supuestamente no nos habíamos perdido, hasta el último momento en el que nos hemos cogido la autovía a 10 metros del parking de la universidad. Ya nos lo hemos tomado a risa y estamos muy orgullosos de nuestro equipo :)



Y así es como he pasado los primeros días, de un sitio a otro en avión, autobús y furgoneta. Sea como sea, está mereciendo la pena.





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