Suena a locura y en realidad un poco lo es!
A pesar de todo está siendo muy gratificante. Estas semanas he visto a Giulia jugar un torneo de volleyball, dormir cuando ibamos a hacer una fiesta de pijamas o contarnos nuestros secretos como mejores amigas. Al igual que he asistido por primera vez a ver al primer partido de fútbol de Domenico, me ha enseñado como jugar al Minecraft o hemos construido una fortaleza de arena juntos.
He de decir que no siempre los horarios que uno quiere coinciden con los de la familia y a veces se hace pesado. Lo digo por todas aquellas personas que me escriben pensando que estoy en viviendo en un cuento de hadas o en un hotel de lujo todos los días.
Por último Italia no me esta decepcionando para nada.
Es un país lleno de historia y cultura en el que cada día se aprende algo nuevo. El idioma por su parte no me está suponiendo ningún problema; en apenas una semana ya entendía casi todo lo que me decían y poco a poco me voy defendiendo. A por el siguiente mes!