26 julio, 2016

Las personas son las que hacen la diferencia

Buenos días, buenas tardes, buenas noches! Todo depende desde que parte del mundo me estéis leyendo. En el momento yo me encuentro en Mykonos, una de las islas griegas del mediterráneo, disfrutando de escribir un poco antes de ir a trabajar.

Muchos os preguntareis qué hago en Mykonos si hace poco estaba en Roma trabajando de aupair, pero eso es otra historia... Mis días allí terminaron como había acordado desde el principio con la familia.  Pase un fin de semana increíble en Berlín con Alexis y Shannon, que son algo así como mi hermana y mi madre de una segunda familia, y antes de esto también disfrutamos de unos días juntas en Roma. Sin embargo no fueron las únicas que me visitaron.

Primero fue Debu, de la India; después Frech y sus amigos, de Guatemala; y por último Mafer y Ale, también de Guatemala. Como os podéis imaginar, de hacer el mismo (o similar) recorrido por Roma para enseñarles los principales puntos de interés, acabé conociéndomela de memoria. Sin embargo con cada uno de ellos aprendí una cosa nueva, un lugar escondido, una panorámica desconocida o un restaurante que no había probado.


Después cuando estuve en Berlín tuve la oportunidad de encontrarme con Juan Carlos, un amigo que vive allí y que tampoco veía desde hace tiempo.

Me di cuenta de que son las personas las que hacen la diferencia y hacen que cuando viajo a diferentes partes del mundo me sienta como en casa en todas ellas. Por eso les quería dedicar este blog a todas esas personas que tengo alrededor del mundo, aunque no las vea a menudo...Y por supuesto invitarlas a Mykonos! Estáis más que bienvenidos y espero veros pronto, aquí, o en cualquier otro lugar del mundo; que al fin y al cabo... el mundo es un pañuelo!


06 julio, 2016

Te prometo que volveré

Que ya no queda nada. Como siempre el tiempo vuela y hay que decir adiós. Y no puedo parar de pensar en todo lo que he visto, en todo lo he vivido, en todo lo que he aprendido... Jugar con los niños hasta sentirme vieja del cansancio, caminar por las calles más bonitas de Roma, leer "Tre metri sopra il cielo" en un parque, salir a tomar algo en las locas calles del Trastevere o aprender de la cultura italiana cada vez que salía a la calle o visitaba una nueva ciudad.


Pienso quedarme con todos los recuerdos. Todos los buenos, y también aquellos no tan buenos, como querer salir por la noche y no poder porque tienes que estar con los niños, acabar hasta las narices de comer pasta todos los días, o no sentirte como en casa y echar de menos a tu familia y a tus amigos. Al final son todas esas cosas las que nos hacen un poquito más fuertes y nos hacen salir de nuestra "zona de comfort".

Me marcho decidida a cambiar de página, sabiendo que en mi próximo libro me esperan muchas risas, así como alguna que otra lágrima. Ley de vida.

Pero también quiero prometerte una cosa Italia, volveré; seguramente antes de lo que ninguno imagina...

01 julio, 2016

La oportunidad de visitar Florencia


Hace poco tuve la oportunidad de visitar Florencia. 


Un domingo me encontre allí con Tommy y la recorrimos enterita en tan solo un día. Yo llegué primero y me paré en el punto de información que está enfrente de la estación. Allí me explicaron que al ser primer domingo del mes, los museos nacionales eran gratuitos y me mostraron los principales puntos de interés.

Fui directa a la Capille Medice donde había innumerables obras así como joyas de la familia Medice y del papado. 

Pase por la Piazza di San Lorenzo y me encontré con él en el Duomo, sin duda lo que más me ha impresionado por el momento de toda Italia. De verdad que mi reacción fue extraña porque no creía lo que veía. Sin embargo no se que fue exactamente lo que me impresionó, si su gran tamaño, los colores del mármol o la majestuosidad de la cúpula. 
Temprano ya había colas interminables y como íbamos algo cargados paramos en el hotel para dejar las cosas.
El primer lugar que visitamos fue la Galleria dall´Academia, donde pudimos ver el David de Michelangelo. Nunca hubiese imaginado que era tan grande y perfecto. De vuelta al Duomo o Cattedrale di Santa Maria di Fiore, nos dijeron que ya no se podía entrar así que decidimos subir los más de 400 escalones del campanario para poder ver las vistas de Florencia desde allí y aunque acabamos exhaustos mereció la pena.



Continuamos por la Piazza della Signaría, donde vimos el Palazzo Vecchio, pero el hambre ya acechaba así que fuimos directos a comer. Tomamos un risoto (lo cual sin duda no fue la idea más ligera para empezar con museos) y nos dirigimos a Musei degli Uffici. Pasemos durante un par de horas, con más de una risa que otra entre esculturas y otras obras de arte.




Después nos despedimos en Ponte Vecchio y anduve sola tranquilamente por las calles pasado el río Arno. Al llegar a Palazzo Pitti ya estaban cerrando así que me senté como tantos otros jóvenes a relajarme un poco y después callejeé hasta cruzar otro puente de nuevo para volver al hotel. Allí cogimos un taxi para ver las vistas de Florencia desde Piazzale Michelangelo al atardecer. La Plaza estaba repleta de gente y se respiraba muy buen ambiente. Anduvimos hasta Santa Croce y aunque estaba cerrada pudimos verla iluminada con la bella luz del crepúsculo. Pronto el cansancio del día hizo efectos así que apenas cenamos y caí rendida en la cama del hotel.

El lunes por la mañana tenía el tren a las 11 pero incluso me dio tiempo a recorrerla un poquito más. Lo primero que quería ir a ver era la catedral por dentro pero parecía cerrada así que le pregunté a los oficiales a qué hora abrían y cuánto antes debía esperar para hacer cola porque no había ninguno. Ellos muy amables me dijeron que me fuese a seguir paseando que luego me ayudarían. Así que eso hice. Miré las cosas que me quedaban en la lista y me dirigí hacia el Mercato Centrale, pasando por el Mercado de San Lorenzo, donde compré un par de souvenirs.


A la vuelta pude visitar la Biblioteca Medicea Laurenziana donde se conservan miles de manuscritos. Una de las cosas que más me gustó fue la escalera diseñada por Miguel Angel, diseñada a su vuelta a Florencia después de crear la Capilla Sixtina. "Veramente bella"!!
Cuando volví a la catedral ya no estaban los mismos oficiales, pero me dejaron entrar saltándome la cola en cuanto les conté lo que me habían dicho los anteriores. Por dentro he de decir que no me impresionó tanto como esperaba. La encontré bastante vacía así que me apresuré para poder pararme otra vez a admirarla desde fuera antes de volver a la estación. Y la vuelta en tren como siempre fue un viaje en el que soñaba despierta todo lo que había visto...



Hasta la próxima Florencia!


The only people who can change the world are people who want to. And not everybody does
Every great dream begins with a dreamer